La depresión y los trastornos de ansiedad asociados son una importante carga para la salud pública mundial, cuyo tratamiento se ha visto obstaculizado por la heterogeneidad etiológica y fenotípica.
Las imágenes cerebrales combinadas con la inteligencia artificial han identificado seis "biotipos" distintos de depresión y ansiedad que pueden conducir a un tratamiento más personalizado y eficaz.
Investigadores del Centro de Medicina de Stanford para la Salud Mental y el Bienestar de Precisión han comenzado a traducir la tecnología de imágenes en uso en una nueva clínica de salud mental de precisión. La tecnología se está desarrollando activamente para un uso más amplio en entornos clínicos, esperan hacerla accesible a más médicos y pacientes.
Según Leanne Williams, PhD, directora del Centro de Medicina de Stanford esta investigación tiene "implicaciones clínicas inmediatas" El estudio se publicó en línea el 17 de junio de 2024 en Nature Medicine.¹
La depresión es una enfermedad muy heterogénea, con pacientes individuales que tienen diferentes síntomas y respuestas al tratamiento. Alrededor del 30% de los pacientes con depresión mayor son resistentes al tratamiento, y aproximadamente la mitad de los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada no responden al tratamiento de primera línea.
El enfoque diagnóstico dominante de 'talla única' en psiquiatría conduce a un ciclo a través de las opciones de tratamiento por ensayo y error, lo cual es largo, costoso y frustrante, ya que entre el 30 y el 40 por ciento de los pacientes no logran la remisión después de probar un tratamiento, señalaron los autores. El objetivo de nuestro trabajo es averiguar cómo podemos hacerlo bien la primera vez, y eso requiere una mejor comprensión de la neurobiología de la depresión.
Los investigadores incluyeron 801 adultos diagnosticados con depresión y ansiedad que fueron sometidos a una resonancia magnética funcional para medir la actividad cerebral en reposo y cuando realizaban tareas diseñadas para evaluar el funcionamiento cognitivo y emocional. Estudiaron seis circuitos cerebrales previamente asociados con la depresión: el circuito de modo predeterminado, el circuito de prominencia, el circuito de atención, el circuito de afecto negativo, el circuito de afecto positivo y el circuito de control cognitivo.
Utilizando una técnica de aprendizaje automático conocida como análisis de conglomerados para agrupar las imágenes cerebrales de los pacientes, identificaron seis biotipos clínicamente distintos de depresión y ansiedad definidos por perfiles específicos de disfunción dentro de los circuitos cerebrales evocados y sin tareas. Es importante para la traslación clínica que estos biotipos predicen la respuesta a diferentes intervenciones farmacológicas y conductuales.
Por ejemplo, los pacientes con un biotipo caracterizado por hiperactividad en las regiones cognitivas del cerebro experimentaron la mejor respuesta al antidepresivo venlafaxina en comparación con los pacientes con otros biotipos.
Los pacientes con un biotipo diferente, caracterizado por niveles más altos de actividad en reposo en tres regiones asociadas con la depresión y la resolución de problemas, respondieron mejor a la terapia conductual.
Además, los que tenían un tercer biotipo, que tenían niveles más bajos de actividad en reposo en el circuito cerebral que controla la atención, eran menos propensos a ver una mejoría de sus síntomas con la terapia conductual que los que tenían otros biotipos. Los diversos biotipos también se correlacionaron con diferencias en los síntomas y el rendimiento de las tareas.
Por ejemplo, los individuos con regiones cognitivas hiperactivas del cerebro tenían niveles más altos de anhedonia que aquellos con otros biotipos, y también se desempeñaban peor en tareas que medían la función ejecutiva. Aquellos con el biotipo que mejor respondió a la terapia conductual también cometieron errores en las tareas de la función ejecutiva, pero tuvieron un buen desempeño en las tareas cognitivas.
Los hallazgos proveen una comprensión más profunda de los fundamentos neurobiológicos de la depresión y la ansiedad, y podrían conducir a una mejor precisión diagnóstica y a unos métodos de tratamiento más personalizados.
Los autores señalaron que nombrar los biotipos es un trabajo en progreso. Hemos pensado mucho en el naming. En el artículo de Nature Medicine,1 utilizamos una convención técnica para nombrar los biotipos en función de los problemas de los circuitos cerebrales que definen a cada uno de ellos. Por ejemplo, el primer biotipo se llama DC+SC+AC+ porque se define por los aumentos de conectividad [C+] en tres circuitos de reposo: el modo predeterminado [D], la prominencia [S] y la atención frontoparietal [A]. Estamos trabajando con colaboradores para generar nombres de biotipos que puedan ser convergentes entre los hallazgos y los laboratorios. En un futuro cercano, anticipamos generar nombres médicos más descriptivos a los que los médicos podrían referirse junto con los nombres técnicos.
Según los expertos el trabajo de este grupo de investigación es un excelente ejemplo de dónde se encuentra la investigación de psiquiatría de precisión en este momento, particularmente con respecto al uso de imágenes cerebrales para personalizar el tratamiento, este artículo nos da una idea de dónde podríamos estar en un futuro no muy lejano.
Referencia
Tozzi, L., Zhang, X., Pines, A. et al. Las puntuaciones personalizadas de los circuitos cerebrales identifican biotipos clínicamente distintos en la depresión y la ansiedad. Nat Med (2024). https://doi.org/10.1038/s41591-024-03057-9