Kevin Rafael De Paula Morales
Cardiólogo. Sub-especialista en Tomografía y Resonancia Magnética Cardiovascular
Instituto do Coração do Hospital das Clínicas da Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo (InCor - HCFMUSP).
“En nuestras manos está la capacidad de cambiar vidas, de prevenir complicaciones devastadoras y de mejorar la calidad de vida de pacientes con hipertensión. No subestimemos el impacto de nuestras intervenciones”
La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por la elevación sostenida de la presión arterial (PA) por encima de los niveles considerados normales, lo que conlleva un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular y otras complicaciones graves. Es un problema de salud pública mundial que afecta a más de mil millones de personas y contribuye significativamente a la carga global de morbilidad y mortalidad.
Epidemiología
La HTA es prevalente en todas las regiones del mundo, aunque su prevalencia varía según la edad, el sexo, el grupo étnico y el nivel socioeconómico. Se estima que más de mil millones de personas tienen hipertensión en todo el mundo, y esta cifra sigue aumentando debido al envejecimiento de la población y a la adopción de estilos de vida poco saludables. En países de ingresos bajos y medianos, la prevalencia de HTA es particularmente alta y continúa en aumento, lo que representa una carga significativa para los sistemas de salud y la economía en general.
Factores de Riesgo
La HTA tiene múltiples factores de riesgo, que incluyen tanto determinantes genéticos como ambientales y conductuales. Entre los factores de riesgo más importantes se encuentran la obesidad, el consumo excesivo de sal, la inactividad física, el consumo de alcohol, el tabaquismo, el estrés y la edad avanzada. Además, factores socioeconómicos como la pobreza, la falta de acceso a atención médica y la educación limitada también están asociados con un mayor riesgo de HTA.
Prevención, Promoción de la Salud e Intervenciones no Farmacológicas
La prevención y el control de la HTA son fundamentales para reducir la carga de enfermedades cardiovasculares y mejorar la salud pública en general. Las estrategias de prevención deben abordar los factores de riesgo modificables a nivel individual y poblacional, así como promover entornos saludables y políticas públicas que fomenten la actividad física, una alimentación saludable, control del sobrepeso y obesidad, así como la reducción del consumo de sodio.
Las metas de pérdida de peso varían según las necesidades individuales, pero incluso una pérdida de peso modesta del 5 al 10% del peso corporal inicial puede tener beneficios significativos para la salud, como una reducción de la presión arterial y una mejora en los niveles de glucosa en sangre.
Promover la actividad física implica incorporar el ejercicio regular en la rutina diaria y reducir el tiempo sedentario.
Establecer metas de actividad: Al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa por semana.
El consumo diario de sodio debe ser idealmente de menos de 2,300 miligramos (equivalente a aproximadamente una cucharada de sal) para la mayoría de los adultos. Para aquellos con hipertensión o mayor riesgo cardiovascular, se recomienda limitar la ingesta a 1,500 miligramos por día.
Diagnóstico y Evaluación
El diagnóstico preciso de la HTA es esencial para guiar el tratamiento y reducir el riesgo de complicaciones. Se recomienda la medición regular de la PA en todos los adultos, con técnicas precisas y equipos validados (Gráfico 1). Además, se debe evaluar el riesgo cardiovascular global del paciente utilizando herramientas de estratificación de riesgo y considerar otros factores de riesgo y comorbilidades que puedan influir en el manejo clínico.
Se recomienda la técnica de auscultación de los sonidos de Korotkoff o la técnica oscilométrica con esfigmomanómetros adecuadamente calibrados. Además, el ambiente debe ser tranquilo, y el individuo debe estar en reposo y sin haber realizado actividades que puedan afectar la medición.
Se considera hipertenso a aquel individuo con una presión arterial sistólica (PAS) ≥ 140 mmHg y/o una presión arterial diastólica (PAD) ≥ 90 mmHg en mediciones repetidas en consulta, o con mediciones aisladas si son substancialmente elevadas (grado 3).
Para casos de hipertensión normal alta, HTA en etapas iniciales, hipertensión de bata blanca o hipertensión enmascarada, se recomienda el uso del monitoreo residencial de la presión arterial (MRPA) o el monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA) para una evaluación más precisa.
El MRPA implica que el paciente mida su propia presión arterial en casa utilizando un dispositivo automático de medición de la presión arterial durante un período de varios días, siguiendo un protocolo específico proporcionado por el médico. Por lo general, se recomienda tomar las mediciones por la mañana y por la noche durante varios días consecutivos, mientras el paciente está en reposo. El MRPA proporciona mediciones de la presión arterial en un entorno más familiar y cómodo para el paciente, lo que puede reducir la "hipertensión de bata blanca" y proporcionar una imagen más precisa de los niveles de presión arterial en la vida diaria. También puede ayudar a evaluar la eficacia del tratamiento y a identificar la necesidad de ajustes en la medicación.
El MAPA implica el uso de un dispositivo portátil que mide automáticamente la presión arterial a intervalos regulares durante un período de 24 horas mientras el paciente realiza sus actividades habituales. Estos dispositivos están programados para inflar automáticamente el manguito y registrar las lecturas de presión arterial en momentos específicos, generalmente cada 15 a 30 minutos durante el día y cada 30 a 60 minutos durante la noche. Los pacientes pueden llevar el dispositivo consigo mientras realizan sus actividades diarias normales, lo que proporciona mediciones de la presión arterial en condiciones ambulatorias y durante el sueño.
Gráfico 1. Triaje y diagnóstico de la hipertensión arterial
Tomado de Diretrizes Brasileiras de Hipertensão Arterial – 2020
Tratamiento
El tratamiento de la HTA se basa en una combinación de cambios en el estilo de vida y terapia farmacológica, dirigidos a reducir la PA y mitigar el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
El tratamiento de la hipertensión arterial ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, con una variedad de opciones farmacológicas disponibles y enfoques terapéuticos personalizados para las necesidades de cada paciente.
Algunas combinaciones de fármacos antihipertensivos (Gráfico 2) comúnmente utilizadas incluyen la combinación de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA-II) con diuréticos tiazídicos o bloqueadores de los canales de calcio (BCC).
La terapia dual, que implica la combinación de dos medicamentos antihipertensivos en una sola tableta, se ha vuelto cada vez más común. Esta estrategia ofrece varios beneficios, incluyendo una mayor eficacia en la reducción de la presión arterial y una mejor adherencia al tratamiento, ya que simplifica el régimen de medicación.
La selección de la terapia antihipertensiva debe basarse en las características individuales del paciente, incluyendo la edad, el sexo, las comorbilidades médicas y los factores de riesgo cardiovascular adicionales. Un enfoque individualizado garantiza que el tratamiento sea seguro, efectivo y bien tolerado por el paciente.
Gráfico 2. Combinaciones farmacológicas
Tomado de Guía de Práctica Clínica (GPC) - Hipertensión arterial. Ministerio de Salud Pública del Ecuador. 2019.
Metas de Tratamiento y Manejo
El objetivo del tratamiento de la HTA es alcanzar y mantener niveles óptimos de presión arterial, reduciendo así el riesgo de eventos cardiovasculares y complicaciones relacionadas.
Las metas de tratamiento varían según el riesgo cardiovascular individual de cada paciente, pero en general se busca una PA por debajo de 140/90 mmHg en la mayoría de los pacientes y valores aún más bajos en aquellos con mayor riesgo cardiovascular.
Conclusiones y Recomendaciones
La HTA es un problema de salud global que requiere una estrategia integral de prevención, diagnóstico y tratamiento. La adopción de estilos de vida saludables y el manejo eficaz de los factores de riesgo son fundamentales para reducir la carga de enfermedades cardiovasculares y mejorar la salud y el bienestar de la población en general.