La prevalencia de nefropatía crónica, así como sus principales factores de riesgo, ha aumentado constantemente en los últimos años, pero siguen siendo escasas las medidas para identificar, tratar y evitar fármacos que puedan agravar la enfermedad, indica una investigación realizada en Estados Unidos.¹
El estudio, publicado en la edición de diciembre de JAMA Network Open, indica que estos últimos hallazgos revelan un número creciente de pacientes con nefropatía crónica y sus principales factores de riesgo. Las tasas de identificación y uso de fármacos nefroprotectores fueron bajas, mientras que el uso potencial de fármacos nefrotóxicos fue generalizado, lo que subraya la necesidad apremiante de mejorar en la práctica la prevención, el reconocimiento y el tratamiento de la nefropatía crónica. "Estos datos de la vida real sientan las bases para idear estrategias más eficaces que permitan brindar una atención médica que mejore el bienestar y la sobrevida de pacientes con nefropatía crónica y en riesgo de presentarla" indican los autores.
Para el estudio de cohortes, los investigadores analizaron datos de registros médicos electrónicos del Center for Kidney Disease Research, Education and Hope (CURE-CKD), patrocinado por Providence St. Joseph Health y la California University, en Los Angeles, Estados Unidos.
El registro CURE-CKD se considera uno de los más completos de nefropatía crónica en el mundo, y contiene muchos datos a nivel de paciente sobre análisis de laboratorio, prescripciones y signos vitales, en combinación con códigos administrativos. Las pruebas de albuminuria y proteinuria para nefropatía crónica raras veces se informan.
La muestra del registro de 2'625.963 pacientes incluyó adultos y niños con nefropatía crónica, aunque excluyó a los que tenían nefropatía en etapa terminal y adultos que se consideraron en riesgo de nefropatía crónica a causa de trastornos como prediabetes, diabetes o hipertensión. De estos, 606.064 (23,1%) de los pacientes adultos cumplieron los criterios del registro para nefropatía crónica, evaluados mediante una combinación de determinaciones de tasa de filtrado glomerular estimada, albuminuria y proteinuria, así como criterios de códigos administrativos.
En general, la prevalencia de nefropatía crónica representó 4,8% del total de 12,6 millones de pacientes que recibieron atención en los dos centros entre 2006 y 2017.
Un desglose de los periodos mostró que la prevalencia de nefropatía crónica aumentó con el tiempo, desde solo 1,6% de las personas entre 2006 y 2009, a 5,7% entre 2010 y 2013, y hasta 8,4% entre 2014 y 2017 (p < 0,001).
Los pacientes con nefropatía crónica tenían una mediana de edad de 70 años (rango: 59 - 81); 55,9% del género femenino, y 71,7% individuos caucásicos no latinoamericanos.
Los autores señalan que después de realizar un ajuste con respecto a edad, género y raza/grupo étnico, la prevalencia de nefropatía crónica fue de 22,6% cuando se evaluó considerando solo la tasa de filtrado glomerular estimada persistentemente baja.
De los 12.591 pacientes pediátricos con nefropatía crónica del grupo (0,4%), la mediana de edad fue de 6 (1 - 13 años; 56,2% niñas, y 52,8% niños caucásicos no latinoamericanos).
En relación a la tasa de filtrado glomerular estimada, 22,7% de los pacientes tenía nefropatía crónica de categorías 1 - 2; más de la mitad tenía nefropatía crónica de categoría 3 (incluidos 37,4% de categoría 3a, y 16,5% de categoría 3b), 6,5% correspondía a la categoría 4; 3,4% a la categoría 5, y 13,5% no estaba clasificado bajo ninguna categoría.
Entre los adultos con nefropatía crónica se contó con evaluaciones de albuminuria para solo 52.551 (8,7%) pacientes y se dispuso de evaluaciones de proteinuria para un número más bajo: solo 25.035 pacientes (4,1%). Raras veces se informaron pruebas de albuminuria y proteinuria para la evaluación de nefropatía crónica.
Por otro lado, los inhibidores del sistema renina-angiotensina, que son nefroprotectores, solo se prescribieron a casi una quinta parte (20,6%) de los pacientes adultos con nefropatía crónica. Además, los fármacos nefrotóxicos potencialmente nocivos, como los antiinflamatorios no esteroideos o los inhibidores de la bomba de protones, se prescribieron a un tercio (33,7%) de los pacientes con nefropatía crónica.
Aunque luego se observó mayor incremento en la utilización de inhibidores de sistema renina-angiotensina en adultos con categoría de nefropatía crónica 3a a 5 en el curso del tiempo, también aumentó la prescripción de antiinflamatorios no esteroideos e inhibidores de la bomba de protones.
El 75,1% de los pacientes de la cohorte no tuvo nefropatía crónica, pero se consideró en riesgo, 26% tenía diabetes, considerada la causa principal de nefropatía crónica, o prediabetes; 48,4% tenía hipertensión, la segunda causa más frecuente. Alrededor de una cuarta parte (25,6%) tenía hipertensión además de diabetes o prediabetes.
Los presentes hallazgos de CURE-CKD apuntan a la necesidad crucial de mejora de la calidad e investigación en el lugar de la atención médica.
Así mismo, puesto que la causa más frecuente de muerte de personas con nefropatía crónica se relaciona con las enfermedades cardiovasculares, también es inquietante el uso escaso de fármacos preventivos, como estatinas y ácido acetilsalicílico, concluyeron los autores.
Referencia
1. Tuttle KR, Alicic RZ, Duru OK, Jones CR, y cols. Clinical Characteristics of and Risk Factors for Chronic Kidney Disease Among Adults and Children: An Analysis of the CURE-CKD Registry. JAMA Netw Open. 2 Dic 2019;2(12):e1918169. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2019.18169. PMID: 31860111. Fuente
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