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Enfermedad renal relacionada con la diabetes

Actualizado: 30 abr


Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que fue publicado en el International Journal of Epidemiology, señala que, en los últimos 20 años, las tasas generales de mortalidad por diabetes en el continente americano se han mantenido estables, pero la mayoría de los países latinoamericanos han visto un aumento en las tasas de mortalidad por enfermedad renal asociada a la diabetes.

 

Se cree que el impacto se debe a las dificultades para acceder a una atención médica de calidad. En lugar de disminuir, la tendencia podría aumentar en los próximos años, lo que llevaría a las autoridades sanitarias a exigir medidas urgentes para responder.

 

Según la doctora Carmen Antini Irribarra, asesora regional para la prevención y el control de la diabetes de la OPS, autora del estudio, los resultados son preocupantes y resaltan la urgencia de mejorar la calidad de la atención médica de la diabetes, especialmente en la atención primaria de salud, donde se trata a la mayoría de nuestra población, el aumento de la mortalidad por enfermedad renal diabética en casi todos los países de la región nos presenta un desafío multinivel, donde la disponibilidad y el acceso a servicios de salud de calidad para la diabetes y la enfermedad renal diabética, incluyendo la diálisis y el trasplante renal, juegan un papel fundamental.

 

La evidencia surge del análisis de datos epidemiológicos de 33 países del continente americano entre 2000 y 2019. Esta información está disponible en las Estimaciones de Salud Global de la Organización Mundial de la Salud.

 

La investigación también destaca las profundas diferencias en la mortalidad por diabetes y enfermedad renal diabética entre los distintos países que conforman el continente americano. En relación a este hallazgo, en la región, la diabetes y la enfermedad renal asociada pueden desbordar los sistemas de salud.

 

Existen programas que no cubren las complicaciones de la enfermedad renal diabética o la enfermedad renal crónica: por ejemplo, en tratamientos como la terapia de reemplazo renal.

 

La nefropatía diabética sigue siendo un gran reto para la salud pública ya que, a pesar de los grandes avances en los tratamientos, su incidencia sigue aumentando. Además, su presencia constituye un factor de riesgo para el desarrollo de morbimortalidad cardiovascular.

 

Según los expertos, el estudio tiene una limitación básica: la disparidad en la calidad de los datos proporcionados por los países. El subregistro de la mortalidad por diabetes tipo 2 suele ser mucho más significativo en América Latina que en Estados Unidos o Canadá. Esta variabilidad es muy difícil de homogeneizar y tiende a ocultar otras causas de muerte relacionadas con la diabetes que no sean la nefropatía diabética, como las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares o las enfermedades infecciosas. Por ello, el resultado de este análisis podría tomarse como un piso de mortalidad, siendo todavía difícil estimar la mortalidad real asociada a la diabetes. Esto podría ser hasta un 30% más de lo que se informa en el estudio.

Este y otros tipos de estudios epidemiológicos son necesarios para evaluar el estado de salud y tener una aproximación de la calidad de la atención. Sirven de base para las recomendaciones que la OPS hace como parte de la cooperación técnica y ayudan a los ministerios a diseñar políticas de salud de acuerdo con las necesidades de sus poblaciones.

 

La OPS sostiene que para mejorar el control de la enfermedad renal diabética es fundamental mejorar la prevención y el control de su causa: la diabetes. Es por eso que la OPS está implementando el Pacto Mundial contra la Diabetes de la Organización Mundial de la Salud.

 

En 2023 se lanzó la iniciativa "Mejor atención a las enfermedades no transmisibles". Su propósito fundamental es ampliar el acceso equitativo a servicios de salud integrados e integrales.

 

El programa se centra en la atención primaria de la salud y, según la OPS, representa un hito en el fortalecimiento de la respuesta a las enfermedades no transmisibles, incluida la diabetes.

 

El problema actual es que cuando se diagnostica una enfermedad renal asociada a la diabetes, a veces ya es demasiado tarde. Y no se puede hacer intervenciones que detengan la progresión de la enfermedad o incluso que la reviertan.

 

La región de las Américas es multifacética, multiétnica y multicultural, y eso es parte de su riqueza, de su identidad, pero muestra diferencias en los niveles de acceso y en la calidad de los servicios de salud. Además, “es probable que los resultados de nuestro estudio reflejen debilidades en el control de la diabetes, en la prevención de sus complicaciones y en el apoyo al autocuidado", señalaron los autores.

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