Dr. Edmundo ESTEVÉVEZ M
Profesor e investigador universitario
La universidad, como organización que contribuye a la creación, conservación y análisis crítico de la cultura, a la formación de ciudadanos independientes y comprometidos con los problemas de su tiempo asi como al desarrollo de la investigación científica, ha aumentado su complejidad seguramente en paralelo con una sociedad que también ha aumentado en complejidad. Sus problemas ya no son propios de un Estado o de una región, sino, al igual que el conocimiento globalizado: debe atender tanto a los intereses locales y nacionales como a la internacionalización de los aprendizajes y de la investigación. Esta internacionalización de la universidad reforzará su tendencia universalista, homogeneizadora, a la vez que tratará de mantener la singularidad de cada una y de potenciar su identidad cultural respectiva.
Las universidades capaces de renovarse y reinventarse continuamente, con una capacidad de adaptación rápida, capaces de asimilar en poco tiempo nuevas ideas y transformarlas en beneficio de la organización y de sus fines, serán las únicas capaces de “sobrevivir” en un entorno cambiante, asimétrico, complejo y global. Para conseguir y mantenerse la universidad como estructura de referencia que se perfecciona continuamente, existen varios factores que deben confluir (Gairín, 2000):
Planificación: incluye diagnóstico, programas de intervención y autoevaluación permanente;
Formación: como adecuación constante de los recursos humanos a las nuevas necesidades personales e institucionales;
Perseverancia y compromiso con el cambio: el aprendizaje colectivo exige desprenderse de modos de comportamiento anteriores (tradicionales). Este hecho va acompañado de una pérdida de la seguridad adquirida; por lo tanto, no es de extrañar que abunden períodos de incertidumbre, y
Tiempo: si concluimos que los cambios son procesos.
Si bien los métodos y la práctica transdisciplinaria en salud abren nuevas perspectivas en la formación, entrenamiento y solución efectiva de los complejos problemas sociales y de salud pública contemporáneos. Resulta crucial que nuestros programas educativos (educación médica y posgrado), ahora largamente centrados en abordajes unidisciplinares, desarrollen e incorporen estos nuevos métodos y formas emergentes de enseñar, aprender y resolver problemas en un contexto de complejidad que integra los sistemas de salud y educación. El proceso transdisciplinar comprende cuatro fases marcadas a considerar: 1. Desarrollo. 2.Conceptualización, 3. Implementación y 4. Traslación.
Desde que Howland (1910) remitiera al editor de Science una corta pero recia carta en la cual aseveraba que “la enseñanza de la medicina en los Estados Unidos era notoriamente anticuada, desorganizada y abierta a las influencias comerciales” ha pasado más de una centuria para alcanzar el liderazgo mundial en cuidados de la salud, desarrollo científico y tecnológico y educación médica con el sello de la excelencia académica.
La educación médica es una gran encrucijada donde confluyen los sistemas de salud y educación entrelazados, junto a numerosos elementos gestados en la modernidad de nuestros días.
Así, en el contexto actual, las «biotécnicas y la inteligencia artificial», son ahora las grandes protagonistas que configuran «la matriz operativa» donde subyacen importantes retos para el desarrollo C&T a escala mundial en el presente siglo de la biotecnología marcado por: 1) el aislamiento, identificación y recombinación de genes y el patrimonio genético como base de la economía del futuro; 2) los bancos de datos genéticos como nueva materia prima; 3) la posibilidad de patentar líneas celulares, genes, tejidos y órganos; 4) la creación de un nuevo mercado como fruto de la unión entre industria y ciencias de la vida y el impulso de la eugenesia patrocinada por la ingeniería genética y la economía; 5) una nueva sociobiología basada en la determinación genética de la conducta humana; 6) la alianza entre informática y genética (biomatemáticas, inteligencia artificial) y, 7) las neurociencias, y 8) el planteamiento de nuevas ideas sobre la naturaleza. Todas estas cuestiones se plantean desde un punto de vista crítico que vislumbra la capacidad del ser humano de alterar su entorno y a la vez ser alterado él mismo por completo hasta límites insospechados. El fin de la era industrial ha llegado y ahora debemos preguntarnos más que nunca cuál es el papel del ser humano, antes movido por la necesidad y al parecer ahora por sus deseos. No sólo se trata de nuestros fines sino, sobre todo, de cómo queremos actuar o tal vez de cómo queremos «rehacernos» como humanidad.² La revolución genética, caracterizada por su eficacia y rapidez, ya está aquí y su principal objetivo es el mundo vivo, es «la herramienta de herramientas»: los genes se convierten en el «oro verde» de nuestro tiempo y el ADN recombinante en la gran estrella. La otra cara de la moneda son los riesgos que su aplicación pueda generar, de ahí nuestro enfoque de ligar este escenario tecnocientífico con el andamiaje moral que conlleva.³ ¿En qué nivel de desarrollo se encuentra el andamiaje material, humano y de soporte instrumental de nuestras facultades de medicina para asumir con fortaleza los retos de la formación del cuarto y quinto nivel?
Lo que se pretende emprender, se trata de un proceso que nunca se detiene y que, probablemente, no se detendrá jamás mientras exista el hombre.⁴ La modernidad como contexto de los grandes desarrollos científico técnicos, toma viada del momento mismo en el que confluyen para caminar juntas la ciencia y la técnica. A partir de entonces el progreso se aceleró y promovió el paradigma de la especialización y subespecialización como uno de los elementos típicos de la concepción científica modernizante; a partir de allí se imprimirá el carácter de la postmodernidad entendida como el conjunto de síntomas que se manifiestan como reacción crítica frente a los grandes proyectos globalizantes típicos de la modernidad, luego surgen las implicaciones del llamado “giro hermenéutico” del conocimiento como fruto de un pensar histórico en la perspectiva de Martin Heidegger. A partir de estos elementos, se debería formular una visión general de la evolución de las ciencias biomédicas hasta el siglo XXI como escenario para el desarrollo riguroso del quehacer formativo deseado.
Es necesario que el conocimiento se convierta en un factor clave para la transformación social y económica de la comunidad en el entorno de influencia de la universidad y que el talento humano sea capaz de contribuir y liderar el desarrollo cultural y bienestar social de la comunidad, cuidando el ambiente y promoviendo el desarrollo nacional.
La adopción de sólidos principios de gobernanza debe permitir tomar importantes decisiones, a identificar, evaluar y gestionar riesgos institucionales; y, establecer robustos sistemas de control administrativo y desarrollo organizacional, que permita la convergencia simbiótica de la inteligencia del entorno, inteligencia organizacional y gestión del conocimiento.
La relación servicio de salud-formación y profesional debe ser horizontal y bidireccional, para responder a las profundas reformas que vive el Estado y la academia con sus nuevas estructuras, formas de organización, funcionamiento y gestión, que exigen a estudiantes y profesores generar nuevos conocimientos, profundizar la explicación de otros, incluso generar nuevas metodologías que aporten al desarrollo humano, la ciencia y la cultura.
El país necesita personas con habilidades y capacidades para analizar, crear, desarrollar y consolidar nuevas respuestas a los antiguos problemas y en ello la formación universitaria tiene una alta dosis de responsabilidad. Las/os estudiantes, egresados/as demandan habilidades para construir marcos explicativos de las realidades que deben enfrentar, pero además instrumentos que les faciliten el diálogo entre la teoría y la realidad
La formación de cuarto nivel en ciencias de la vida debe incorporar por responsabilidad social, un riguroso sistema de calidad.
La Federación Mundial de Educación Médica (WFME) opina que los estándares internacionales pueden ser usados globalmente como un instrumento para garantizar la calidad y el desarrollo de la educación médica de postgrado. Esto puede llevarse a cabo de diferentes formas como:
Autoevaluación institucional. La intención principal de la WFME al introducir un instrumento para la mejora de la calidad, es proveer un nuevo marco en el cual las autoridades con responsabilidad en la educación médica de postgrado pueden valorarse ellas mismas a través de procesos de autoevaluación institucional voluntaria y establecer procesos de automejora. Las pautas pueden ser consideradas como un Manual de Autoevaluación.
Revisión externa. Este proceso aún se puede desarrollar más, incluyendo la evaluación y el consejo de comités de revisión externos.
Combinación de autoevaluación institucional y revisión externa. La WFME considera que esta combinación es el método más válido.
Reconocimiento y acreditación. Dependiendo de las necesidades y tradiciones locales, las pautas también pueden ser usadas por agencias nacionales o regionales encargadas del reconocimiento y acreditación de la educación médica de postgrado.
Referencias
Tomado de Informe de consultoría CES, 2014 Ciencias de la vida. Estévez, E. Profesor e investigador universitario. Ex director general académico de la Universidad Central del Ecuador.
De Lecuona Ramírez, I. Revista catalana de dret públic (36) 2008, p 221-248.
Por ejemplo, la biopiratería se reconocería como una nueva forma de colonialismo junto a la explotación de otros recursos con fines comerciales y la industria farmacéutica como telón de fondo, así como la prospección de genes marcarán aún más la distancia entre el primer y el tercer mundo. A quién pertenecen los medios y a quién los recursos, no es difícil de adivinar. Lo que ya no resulta tan fácil es compartir el lucro que se obtenga de las patentes. La eterna cuestión de proteger patentando o compartir. Rifkin, J., El siglo de la biotecnología. El comercio genético y el nacimiento de un nuevo mundo feliz, Crítica-Marcombo, Barcelona, 1999.
Van Doren, Ch. Breve historia del saber. La cultura al alcance de todos. Editorial Planeta. Bogotá, 2007
Comments