Dr. Adrián Lozano Beltrán
Médico – Psiquiatra
La Organización Mundial de la Salud, ha designado al 10 de octubre como el Día Mundial de la Salud Mental. Sin embargo, y pese a muchos años de celebración, aún hay mucha confusión sobre lo que implica el concepto de Salud Mental porque lamentablemente se lo ha relacionado, de manera muy básica y limitada, como lo opuesto a la Enfermedad Mental, lo que “tratan Psicólogos y Psiquiatras”. Como consecuencia, cada año, en este día, se tiende a tratar temas como depresión, esquizofrenia, bipolaridad, etc., reduciendo su enfoque a los trastornos mentales y su tratamiento, que en realidad son una pequeña área de la Salud Mental, puesto que las personas que padecen trastornos psíquicos, más bien gozan de salud mental ya que al estar con su tratamiento, no sufren, trabajan, estudian, viajan, establecen relaciones afectivas, participan activamente en su sociedad, producen, tienen sueños y aspiraciones, es decir encajan perfectamente en el sentido amplio de lo que es la Salud Mental.
El campo de la Salud Mental abarca todos los aspectos del diario vivir y convivir humano, temas vinculados a la ecología, al deporte, a la política, a la religión, a la corrupción, a la discriminación, a la violencia en sus diversas manifestaciones, y muchos otros aspectos en los que todos estamos involucrados como miembros de una sociedad. Desafortunadamente, debido a la profunda ignorancia sobre lo que implica el espíritu humano, educamos a los jóvenes en temas de estricta vinculación con aspectos materialistas, que dicho sea de paso resultan importantes para los sistemas de producción. Educamos a las nuevas generaciones en alcanzar metas hedonísticas, individualistas, donde el placer de momento se ha convertido en la droga fugaz que nos distrae de nuestro verdadero objetivo de vida que es la Felicidad.
Apartados de nuestro compromiso social, con una educación limitada y cada vez más costosa, resulta que se da prioridad a la tecnología encaminada a mejorar el mercado en lugar de una educación de valores, respeto a la vida con todo lo que esto implica, que de hecho son básicas en lo que es nuestra Salud Mental.
Esa gran religión de nuestra época, la Tecnología, lejos de acercar más a los individuos los sume en un estilo de vida solitario, en un mundo en que día a día el tiempo en que estamos en contacto con aparatos electrónicos es mayor al que dedicamos a compartir y amar a nuestras familias, lo virtual desplaza a lo real y son todos estos detalles que cada día socaban más y más la salud mental de la comunidad, empeorada aún más con la pandemia que vivimos.
En conclusión, si queremos en verdad trabajar en una sociedad con una Buena Salud Mental, deberemos primero entender claramente cuál es la naturaleza humana y su relación con su entorno para establecer valores y normas que rescaten los mejor del ser humano, de lo contrario estaremos perdiendo el rumbo; el excesivo y absurdo apego a lo material nos puede convertir en depredadores de nosotros mismos y de nuestro planeta, lo que en sí mismo sería una acción suicida que dista mucho de un accionar Mentalmente Saludable.
¿Cuál es la razón por la que insisto tanto en una educación en valores, normas y afectividad saludable? ¿Qué tiene que ver eso con nuestra Salud Mental? ¡Pues casi todo!
Desde la concepción del ser humano, el sistema nervioso es como un lienzo en blanco, ávido porque el mundo de sus pinceladas, defina en esa interrelación quiénes seremos y de qué forma nos integraremos a la sociedad.
Dependiendo de factores genéticos, de crianza, de educación y estimulación afectiva saludable, se definirá cómo será nuestra Salud Mental, de allí que el justificativo simplista de que trabajo duro para que mis hijos tengan todo lo material que yo no tuve resulta paradójico a la hora de proveer verdaderos recursos para alcanzar felicidad y disfrutar de Salud Mental.
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