Un metanálisis de cinco estudios clínicos plantea una nueva "señal de alerta" respecto del riesgo cardiovascular asociado al consumo de bebidas energizantes, aunque los autores sospechan que los efectos negativos no pueden atribuirse de manera directa y exclusiva a la concentración elevada de cafeína.¹ La investigación fue realizada por cardiólogos de la Unidad de Cuidados Cardiacos y Coronarios del Bellevue Hospital Center, afiliado a la New York University School of Medicine, en Nueva York, Estados Unidos, dirigidos por el Dr. Carlos Alviar, trabajo que fue presentado en el Congreso de la American Heart Association (AHA) de 2019.
El metanálisis mostró una relación significativa del consumo de estas bebidas con una prolongación leve del intervalo QT después de 2 a 3 horas (6,13 ms; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 2,92 - 9,34 ms; p < 0,001) y un incremento de la presión arterial sistólica (4,51mm Hg; IC 95%: 3,16 a 5,87 mm Hg; p < 0,001). Aunque la magnitud del efecto es temporal y podría parecer poco relevante desde el punto de vista clínico, no se debería menoscabar el riesgo. En los estudios clínicos, las dosis y otras condiciones se controlan, pero en la realidad, cuando se toman dosis mayores o el consumo se lo hace conjuntamente con alcohol, produce hipomagnesemia. El uso crónico de bebidas energizantes puede crear la tormenta perfecta para una arritmia ventricular, especialmente, en jóvenes, indicaron los investigadores.
Los autores examinaron todos los estudios clínicos aleatorizados de la base de datos PubMed que, entre 1996 y junio de 2019, hubieran comparado los efectos cardiovasculares del consumo de bebidas energizantes con controles.² Identificaron 5 estudios que reunían las condiciones, todos publicados a partir de 2016, incluyendo un reciente trabajo de Shah y colaboradores con 34 participantes (edad media: 22,1 años) y dosis utilizadas equivalentes a cuatro latas (casi un litro). En total, los datos agrupados proveyeron 139 comparaciones en sujetos saludables y jóvenes.³
En cuatro de los cinco estudios incluidos, la ingestión de bebidas energizantes mostró elevaciones de la presión arterial sistólica y prolongaciones del intervalo QT, con un valor máximo de los rangos del intervalo de confianza de 95% que llegó a 8,43 mmHg y 21,75 ms, respectivamente. Solo un estudio mostró una diferencia media negativa del intervalo QT (-3 ms) en los consumidores de esas bebidas. La heterogeneidad de los estudios fue baja, según el índice estadístico I 2 (0% para la medición de la variable electrocardiográfica y 15% para la de presión arterial).
Los resultados del análisis combinado sugieren que el uso de bebidas energizantes se asocia con hipertensión sistólica y una pequeña prolongación del intervalo QT, aunque se necesitan estudios a mayor escala para confirmar estos hallazgos y brindar datos más claros, concluyeron los autores.
Las bebidas energizantes suelen contener entre 20 y 100 mg de cafeína en 100 ml, por lo cual una lata de 250 ml puede llegar a aportar menos de la mitad o hasta la cuarta parte de lo que trae un vaso de café.
Sin embargo, sería "apresurado" atribuir la responsabilidad exclusiva de los efectos cardiovasculares a ese alcaloide. Hay estudios en los últimos 15 años que muestran que el consumo elevado de café se asocia con reducción de mortalidad cardiovascular o por cualquier causa señalan los investigadores.
La hipótesis de los científicos es que es algo diferente a la cafeína la que causa los problemas, aunque dijeron ignorar si puede ser la interacción con aminoácidos, hidratos de carbono, vitaminas, extractos de hierbas u otras sustancias de la bebida; o si beber todo el volumen en un lapso corto (shot) es lo que produce efectos fisiológicos distintivos.
El consumo excesivo o concomitante con alcohol para disminuir la percepción subjetiva de los efectos tóxicos etílicos parece agravar el escenario. En un estudio reciente, los investigadores observaron, en pacientes asistidos entre 2000 y 2018, que la intoxicación por cafeína derivada del consumo de bebidas energizantes tiende a asociarse a coingestión aguda con alcohol y otras drogas recreativas, así como a una mayor incidencia de manifestaciones cardiovasculares comparado con otras formas de intoxicación por cafeína.⁴
En la literatura médica, la mayoría de los casos agudos se vinculan con ingestas elevadas de bebidas energizantes, a menudo combinados con alcohol. En 2012, los autores del metanálisis, conjuntamente con colegas del Mount Sinai Medical Center, en Miami, Estados Unidos, describieron el episodio de una paciente de 24 años que desarrolló palpitaciones y una trombosis de la arteria coronaria izquierda después de consumir tres tragos de bebidas energizantes mezcladas con vodka.⁵
Sin embargo, el año pasado, un estudio en voluntarios sanos sugirió que una sola lata de 24 onzas (710 ml) de una bebida energizante alcanza para disminuir un 50% la habilidad de las arterias para dilatarse, lo que "provee más evidencia de los daños potenciales", advirtieron los autores, especialmente en aquellos pacientes que ya tienen un sustrato cardiovascular o anormalidades establecidas, la recomendación de consumo es: cero.
Las personas con palpitaciones, extrasístoles o antecedentes familiares de arritmias o muerte súbita no deberían consumir bebidas energizantes sin supervisión médica.⁶
Los investigadores recomiendan que los jóvenes sin enfermedad cardiovascular, que recurren a las bebidas energizantes para estudiar, deben utilizar café, té o chocolate oscuro, que son estimulantes naturales.
Referencias
1. Benjo AM, Jaramillo V, Nascimento F, Atassi F y cols. Qt Interval and Blood Pressure Changes With Energy Drinks Consumption in Healthy Subjects: A Meta-Analysis of Randomized Trials. American Heart Association (AHA) 2019. Presentado el 16 de noviembre; Filadelfia, Estados Unidos. Fuente
2. Jaramillo V, Alviar Restrepo CL, Atassi F, Nascimento F, y cols. Acute adverse effects of energy drink use in cardiovascular physiology: a meta-analysis of randomized trials. Acute Cardiovascular Care 2019. Presentado el 3 de marzo de 2019; Málaga, España. Fuente
3. Shah SA, Szeto AH, Farewell R, Shek A, y cols. Impact of High Volume Energy Drink Consumption on Electrocardiographic and Blood Pressure Parameters: A Randomized Trial. J Am Heart Assoc. 4 Jun 2019;8(11):e011318. doi: 10.1161/JAHA.118.011318. PMID: 31137991. Fuente
4. Alviar Restrepo CL, Jaramillo V, Mahtta D, Lui A y cols. Adverse cardiovascular effects of energy drink consumption in comparison with other forms of caffeine intoxication in patients presenting to acute care settings. Acute Cardiovascular Care 2019. Presentado el 3 de marzo de 2019; Málaga, España. Fuente
5. Benjo AM, Pineda AM, Nascimento FO, Zamora C, y cols. Left main coronary artery acute thrombosis related to energy drink intake. Circulation. 20 Mar 2012;125(11):1447-8. doi: 10.1161/CIRCULATIONAHA.111.086017. PMID: 22431887. Fuente
6. Folgarait A. Cómo afectan las bebidas energizantes al corazón. Publicado el 13 de agosto de 2019. Consultado en versión electrónica. Fuente
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