La alergia a penicilina es una reacción anormal del sistema inmunitario al fármaco antibiótico penicilina, el cual se prescribe para tratar varias infecciones bacterianas. Los signos y síntomas frecuentes de la alergia a penicilina son urticaria, sarpullido y picazón, entre otros.
La alergia a penicilinas es comúnmente reportada, pero la gran mayoría de los pacientes que la reportan no tiene una verdadera alergia. Es reportada hasta en 10% de los pacientes. Sin embargo, 90% de quienes la reportan no tiene sensibilidad mediada por inmunoglobulina E cuando se le realiza una prueba cutánea de alergia. Esto puede ocurrir porque a los pacientes se les catalogó erróneamente como alérgicos o porque pudieron haber tenido una alergia a penicilinas que resolvió con el tiempo.¹ Por tanto, es necesario estudiar a quienes reportan ser alérgicos a penicilina y confirmar este diagnóstico.
Los pacientes alérgicos a penicilinas no necesariamente son alérgicos a las cefalosporinas. Aunque existe una asociación en pacientes que tienen alergia a penicilinas a tener alergia a otros antibióticos betalactámicos, en estudios de investigación se ha visto que de aquellos con una alergia confirmada a penicilina, 97% tolera cefalosporinas y 99% tolera carbapenémicos.²
Debemos recordar que en la práctica clínica la mayoría de los pacientes que reportan alergia a penicilina recibe una cefalosporina.
La mejor forma de abordar alergia a betalactámicos es realizar una prueba de alergia.
Etiquetar a un paciente como alérgico a penicilinas lo lleva a un uso mayor de antibióticos.
En estudios de investigación se ha documentado que reportar alergia a penicilinas hace que los médicos prescriban esquemas de antibióticos de mayor espectro, y esto se ha asociado con mayor número de reacciones adversas y de esquemas de antibióticos con menor efectividad.
Asimismo, se ha reportado que los pacientes etiquetados como alérgicos a penicilina tienen 55% de aumento de riesgo de adquirir Staphylococcus aureus resistente a meticilina y 35% más riesgo de tener infección por Clostridiodes difficile.³
Los antibióticos betalactámicos continúan siendo una de las principales causas de choque anafiláctico. La alergia a penicilinas es un antecedente que se debe considerar seriamente y estudiarse por medio de una prueba de alergia realizada por especialistas. Aunque la mayoría de los síntomas que se atribuyen a alergia a penicilinas, como dolor o distensión abdominal, son en su mayoría compatibles con efectos adversos y no con una verdadera alergia, este antecedente no debe ser desestimado, ya que continúa siendo uno de los principales grupos de fármacos asociados a anafilaxia.
La prueba de alergia a penicilina es costo-efectiva. Las pruebas de alergia a penicilina se realizan en 1 a 2 horas y se utiliza una combinación de prueba cutánea y prueba de reto; se debe realizar por personal capacitado en un ambiente seguro y este abordaje tiene un valor predictivo negativo de casi 100%. Estudiar la alergia a penicilinas en pacientes hospitalizados y ambulatorios trae beneficios en el manejo de los individuos a corto y largo plazo.
Referencias
Rimawi RH, Cook PP, Gooch M, Kabchi B, y cols. The impact of penicillin skin testing on clinical practice and antimicrobial stewardship. J Hosp Med. Jun 2013;8(6):341-5. doi: 10.1002/jhm.2036. PMID: 23553999. Fuente
Daulat S, Solensky R, Earl HS, Casey W, Gruchalla RS. Safety of cephalosporin administration to patients with histories of penicillin allergy. J Allergy Clin Immunol. Jun 2004;113(6):1220-2. doi: 10.1016/j.jaci.2004.03.023. PMID: 15214363. Fuente
Blumenthal KG, Kuper K, Schulz LT, Bhowmick T, y cols. Association Between Penicillin Allergy Documentation and Antibiotic Use. JAMA Intern Med. 1 Ago 2020;180(8):1120-1122. doi: 10.1001/jamainternmed.2020.2227. PMID: 32597920. Fuente
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