A medida que aumentan los casos de COVID-19 y se retrasan las vacunas, las autoridades sanitarias continúan buscando formas adicionales de mitigar la propagación del nuevo coronavirus.¹
Una investigación llevada a cabo por el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, publicado en versión electrónica en JAMA Network Open, concluye que para control óptimo del contagio, las medidas de protección, como el uso de mascarilla y el distanciamiento social, deben complementarse con pruebas estratégicas a individuos potencialmente expuestos, pero asintomáticos.
Un estudio de modelado estima que más de la mitad de las transmisiones proviene de individuos presintomáticos, nunca sintomáticos y asintomáticos, lo que indica que la detección basada en síntomas tendrá poco efecto sobre la propagación.
En ausencia de un uso eficaz y generalizado de terapias o vacunas que puedan acortar o eliminar la infectividad, el control exitoso del SARS-CoV-2 no puede depender únicamente de identificar y aislar los casos sintomáticos; incluso si se implementa de manera efectiva. Múltiples medidas que aborden de manera eficaz el riesgo de transmisión en ausencia de síntomas son imperativas para controlar el SARS-CoV-2.
Según los autores, la eficacia de algunos esfuerzos actuales de prevención de la transmisión ha sido cuestionada y sujeta a mensajes contradictorios, por lo que decidieron modelar la proporción de infecciones por COVID-19 que probablemente sean el resultado de personas que no muestran síntomas y pueden estar infectando a otras personas sin saberlo.
Desafortunadamente sigue habiendo cierto escepticismo sobre el valor de los esfuerzos de mitigación en toda la comunidad para prevenir la transmisión, como el uso de mascarillas, el distanciamiento y la higiene de las manos, en particular para las personas sin síntomas. Los investigadores se propusieron tener una suposición básica sobre cuánta transmisión proviene de personas asintomáticas para subrayar la importancia de las medidas de mitigación y de crear inmunidad a través de la administración de vacunas.
Este criterio es especialmente pertinente en el contexto de la nueva variante más transmisible, por lo que enfatizan en la conveniencia de realizar pruebas estratégicas específicas en entornos colectivos, escuelas y universidades.
Con base en datos de varios estudios de COVID-19 del año pasado, el modelo analítico de CDC asume en la línea de base que la infecciosidad alcanza su punto máximo en el punto medio de inicio de los síntomas, y que 30% de las personas infectadas nunca desarrolla síntomas, sin embargo, el 75% de ellos es tan infeccioso como quienes desarrollan síntomas evidentes.
Luego los investigadores modelan múltiples escenarios de individuos presintomáticos y nunca sintomáticos basados en la transmisión, asumiendo diferentes periodos de incubación e infecciosos, y un número variable de días desde el punto de infección hasta el inicio de los síntomas.
Cuando se combinan, los modelos predicen que 59% de toda la transmisión provendría de la transmisión asintomática: 35% de individuos presintomáticos y 24% de individuos nunca sintomáticos.
Los hallazgos complementan los de un análisis anterior de CDC.
La proporción total de transmisión de individuos presintomáticos y nunca sintomáticos es clave para identificar medidas de mitigación que puedan controlar el SARS-CoV-2, afirmaron los autores.
Por ejemplo, si el número de reproducción de la infección en un entorno particular es 2,0, se necesita reducción en la transmisión de al menos 50% para reducir la reproducción de la infección por debajo de 1,0. Dado que en algunos entornos la reproducción de la infección es probablemente mucho mayor que 2 y más de la mitad de las transmisiones puede provenir de personas asintomáticas en el momento de la transmisión, el control efectivo debe mitigar el riesgo de transmisión de las personas sin síntomas.
Los autores reconocieron que el estudio aplica un modelo simplista a un fenómeno complejo y en evolución, y que se desconocen las proporciones exactas de transmisión presintomática y nunca sintomática y los periodos de incubación. También señalaron que los síntomas y las transmisiones parecen variar entre los diferentes grupos de población, las personas mayores tienen más probabilidades que las más jóvenes de experimentar síntomas, según estudios anteriores.²
Otros expertos coinciden en que es importante ampliar las pruebas en los individuos asintomáticos. La detección de fiebre y el aislamiento de individuos sintomáticos es un enfoque de sentido común para ayudar a prevenir la propagación, pero estas medidas de ninguna manera son suficientes, ya que se ha documentado claramente que las personas asintomáticas o presintomáticas aún pueden propagar el virus.
Por otro lado, las pruebas no excluyen de manera confiable la infección, ya sea porque el individuo examinado aún no ha dado positivo o porque la prueba es falsamente negativa, cuando la prevalencia es tan alta como la actual, la tasa de falsos negativos será alta porque gran proporción de los examinados se infectará sin saberlo.
Los autores recomiendan que hay que seguir asumiendo que todo el mundo está potencialmente infectado, lo sepa o no. Y aunque se hayan aumentado las pruebas a una capacidad mucho mayor que en la primera ola, hay que seguir usando mascarilla y distanciarnos socialmente, porque simplemente identificar a las personas que están enfermas y aislarlas o ponerlas en cuarentena no será suficiente para contener la pandemia.
En conclusión, los datos del estudio respaldan el mantenimiento de las medidas de protección que se han tomando durante los últimos meses, y que las personas asintomáticas son una fuente importante de transmisión por lo que se debe continuar con el uso de mascarillas y el distanciamiento social, particularmente en interiores.
Referencias
1. Johansson MA, Quandelacy TM, Kada S, Venkata PP, y cols. SARS-CoV-2 Transmission From People Without COVID-19 Symptoms. JAMA Netw Open. 4 Ene 2021;4(1):e2035057. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2020.35057. PMID: 33410879. Fuente
2. Davies NG, Klepac P, Liu Y, Prem K, y cols. Age-dependent effects in the transmission and control of COVID-19 epidemics. Nat Med. Ago 2020;26(8):1205-1211. doi: 10.1038/s41591-020-0962-9. PMID: 32546824. Fuente